El Centro Wiesenthal envió hoy una nota a la dirección de la escuela de samba Unidos do Viradouro para que desista de desfilar en el próximo carnaval de Río de Janeiro con una  carroza alusiva al Holocausto, debido a que considera que la idea representa “una profanación a la memoria del Holocausto”.

“Más que un llamamiento a favor de la conciencia acerca del horror, un desfile con música, mujeres y varones semidesnudos danzando alegremente, y el lógico ambiente festivo asociado al carnaval, resulta absolutamente inapropiado hacia el recuerdo de las víctimas del Holocausto y es un espectáculo abominable para los sobrevivientes y sus familias”, dijo el Centro.

La nota está dirigida al presidente ejecutivo de Viradouro, Marco Lira, y lleva las firmas de Shimon Samuels (Director de Relaciones Internacionales del Centro Simon Wiesenthal) y Sergio Widder (Representante para América Latina).

La célebre institución dedicada a la caza de nazis recordó Rio de Janeiro acaba de ser sede en Brasil de la conmemoración del Día Internacional del Holocausto, con la presencia del presidente del país, Luiz Inácio Lula Da Silva, y del gobernador del estado, Sergio Cabral.

“Es indignante saber que a pocas horas de un homenaje respetuoso a la memoria de las víctimas del Holocausto esa misma ciudad se convertirá en un escenario para un espectáculo que anula su significado y que opaca el carnaval para los turistas y para los cariocas”, añadió el Centro Wiesenthal.

Para la institución, “mantener semejante cuadro hará que Viradouro sea merecedora, no del premio del Sambódromo, sino de los aplausos de los extremistas que niegan y relativizan el Holocausto”.

Ayer, la comunidad judía brasileña expresó su malestar por el anuncio de Viradouro y denunció que la representación es inadecuada y “transforma a la tragedia en algo simple y banal”.

El presidente de la Federación Israelita de Río de Janeiro (FIERJ), Sergio
Niskier, explicó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que el desacuerdo con
el carro se debe a que “transforma al Holocausto en algo simple y banal, y
no permite comprender la dimensión correcta de maldad y racismo”.
Niskier afirmó que la comunidad no duda de las buenas intenciones del
artista Paulo Barros, a cargo de la comparsa, pero consideró que el
tratamiento es inadecuado y no será comprendido por la población.
“No se cumple el objetivo de educación, entonces no hay justificativos para que un
carro muestre memorias y recuerdos tan difíciles y dolorosos para muchas
personas”, sostuvo.
MF